Hemorroides

Las hemorroides son venas hinchadas en el ano o el recto que pueden causar dolor, picor o sangrado al ir al baño.

Hemorroides

Las hemorroides (o almorranas) son más comunes de lo que imaginas, pero muchas personas evitan hablar de ellas por vergüenza. Sin embargo, si sabes qué son las hemorroides, por qué aparecen y cómo tratarlas, puedes mejorar tu calidad de vida rápidamente.

¿Qué son las hemorroides o almorranas?

Puede que te suene la palabra, o incluso que la hayas sufrido en silencio, pero… ¿realmente sabes qué son las hemorroides?

Las hemorroides son venas inflamadas que se encuentran en la parte baja del recto o alrededor del ano. Todos tenemos esas venas ahí, forman parte de la anatomía normal. El problema aparece cuando, por distintos motivos, se hinchan, se irritan o se salen de su sitio. Y ahí es cuando empiezan las molestias.

Existen dos tipos principales:

  • Las hemorroides internas, que están dentro del recto y normalmente no duelen, pero sí pueden sangrar.
  • Y las hemorroides externas, que se encuentran justo en el borde del ano y son las que más molestan. Pueden doler, picar, arder… e incluso sangrar si se inflaman mucho.

Si alguna vez has sentido un bultito en la zona anal, picor intenso o dolor al sentarte o al ir al baño, es muy probable que estés lidiando con una. En algunos casos, se puede formar un coágulo de sangre dentro de una hemorroide externa, lo que se conoce como hemorroide trombosada. Son especialmente dolorosas, pero tienen tratamiento.

Y sí, puedes encontrar fotos de hemorroides externas en internet si tienes curiosidad (o quieres comparar), pero ojo… algunas imágenes pueden ser bastante explícitas.

La buena noticia es que, aunque molestas, las hemorroides se pueden tratar y aliviar. Lo importante es no ignorarlas, hablarlo con confianza y buscar la mejor solución según tu caso.

¿Cuáles son los síntomas de las hemorroides?

Los síntomas de las hemorroides pueden variar bastante según el tipo que tengas (internas o externas) y lo avanzadas que estén. Algunas personas apenas notan molestias, mientras que otras pueden experimentar un dolor realmente intenso.

Aquí te dejo los signos más comunes para que puedas identificarlas fácilmente:

  • Sangrado al ir al baño, normalmente sangre roja brillante en el papel higiénico, en el inodoro o sobre las heces. Este es uno de los síntomas más frecuentes y suele asustar, aunque muchas veces no es grave.
  • Picor, ardor o escozor en la zona anal. Puede ser muy molesto, sobre todo al final del día o después de ir al baño.
  • Dolor al defecar o incluso al estar sentado durante mucho rato, especialmente si las hemorroides están inflamadas o son externas.
  • Un bultito o hinchazón cerca del ano, que puedes notar al limpiarte o al ducharte. Esto es típico de las hemorroides externas.
  • Sensación de evacuación incompleta, como si aún te quedara algo por salir, o incluso una especie de presión constante.

En el caso de las hemorroides internas, muchas veces no duelen, pero sí pueden sangrar. Y si se inflaman mucho o se “asoman” al exterior, pueden causar también bastante molestia.

Por otro lado, las hemorroides externas trombosadas son de las más dolorosas. Se forma un coágulo dentro de la vena, y de repente sientes un bulto duro, muy sensible al tacto, que puede dificultarte incluso caminar o sentarte.

Si te preguntas cómo saber si el sangrado es por hemorroides, fíjate en el color (suele ser rojo vivo) y si está separado de las heces. Aun así, siempre es buena idea consultarlo con un médico, sobre todo si el sangrado es frecuente o abundante.

¿Por qué salen las hemorroides?

Las hemorroides no aparecen “porque sí”. De hecho, suelen ser el resultado de varios factores que, poco a poco, van debilitando las venas del recto o del ano y haciendo que se inflamen.

Una de las causas más comunes es el estreñimiento crónico. Cuando pasas mucho tiempo haciendo esfuerzo al ir al baño, estás presionando las venas de esa zona, y eso puede acabar formando una hemorroide. Por eso es tan importante tener una dieta rica en fibra y beber suficiente agua.

También pueden aparecer por:

  • Estar mucho tiempo sentado (por ejemplo, si trabajas en oficina o conduces todo el día).
  • Estar mucho tiempo de pie, sin moverse demasiado.
  • El embarazo, por los cambios hormonales y la presión que ejerce el bebé sobre la zona pélvica. Es muy común que muchas mujeres desarrollen hemorroides durante el tercer trimestre.
  • El sobrepeso, porque aumenta la presión abdominal.
  • Dieta pobre en fibra, que provoca estreñimiento y hace que el tránsito intestinal sea más lento.

Y sí, incluso el simple hecho de aguantar las ganas de ir al baño con frecuencia puede influir. Cuanto más tiempo están las heces en el intestino, más duras se vuelven… y más esfuerzo tienes que hacer para expulsarlas.

La buena noticia es que, al conocer estas causas, también puedes prevenirlas. Unos pequeños cambios en tus hábitos pueden marcar una gran diferencia si ya has tenido hemorroides o quieres evitar que vuelvan.

¿Cómo se tratan las hemorroides?

Lo primero que debes saber es que sí, las hemorroides tienen tratamiento, y en la mayoría de los casos no hace falta operarse. El tipo de tratamiento que necesites dependerá de si son internas o externas, del grado de inflamación y, por supuesto, de cuánto te estén afectando en tu día a día.

Remedios caseros y alivio rápido (sí funcionan)

Si estás en una fase leve o moderada, puedes empezar con cuidados en casa que ayudan muchísimo:

  • Haz baños de asiento con agua tibia durante 10-15 minutos, varias veces al día. Alivian la inflamación y el picor.
  • Usa pomadas o cremas para hemorroides. Hay muchas en farmacias: desde las clásicas como Anso o Fitoroid, hasta otras naturales o con efecto calmante. También puedes probar opciones más potentes como Rectogesic si lo indica tu médico.
  • Daflon o Venoruton son pastillas que ayudan a desinflamar desde dentro. Mejoran la circulación venosa y reducen el dolor.
  • Adopta posturas que alivien la presión, como tumbarte de lado o con las piernas ligeramente elevadas.
  • Usa toallitas sin alcohol ni perfumes para la higiene (mejor que el papel higiénico común, que puede irritar).

Y si te estás preguntando cuál es la mejor crema para hemorroides, depende de tus síntomas. Algunas combinan efecto antiinflamatorio, anestésico y cicatrizante. Lo ideal es consultarlo en farmacia o con tu médico.

Tratamientos médicos (cuando ya no basta con lo de casa)

Si después de unos días no mejoras, o si el dolor y el sangrado son frecuentes, toca dar un paso más:

  • Supositorios: ideales para hemorroides internas. Alivian desde dentro y reducen el sangrado y la inflamación.
  • Medicamentos antiinflamatorios, como ibuprofeno o algunos específicos para las venas.
  • Cirugía: sí, a veces es necesaria. La operación de hemorroides puede hacerse con ligadura elástica, láser o cirugía tradicional. Y si te lo estás preguntando: ¿vale la pena operarse? La respuesta es que sí, si las hemorroides te impiden vivir con normalidad o no responden a otros tratamientos. La recuperación puede tardar unos días o semanas, pero el resultado suele ser muy satisfactorio.

Consejos para prevenir y aliviar las hemorroides

Aunque las hemorroides pueden aparecer por muchos motivos, lo cierto es que con algunos cambios sencillos en tu rutina diaria puedes reducir el riesgo de que salgan o aliviar los síntomas si ya las tienes.

Aquí van algunos consejos prácticos y fáciles de aplicar:

  • Bebe mucha agua. Suena simple, pero es esencial. Mantenerte bien hidratado ayuda a que tus heces sean más blandas y fáciles de expulsar, evitando el esfuerzo al ir al baño.
  • Aumenta la fibra en tu dieta. Frutas, verduras, cereales integrales y legumbres son tus aliados. La fibra mejora el tránsito intestinal y reduce el estreñimiento, una de las causas más comunes de las hemorroides.
  • No aguantes las ganas de ir al baño. Cuando sientas la necesidad, ve. Aguantar solo empeora la situación y puede endurecer las heces, haciendo que tengas que hacer más esfuerzo.
  • Evita estar mucho tiempo sentado, especialmente en superficies duras. Si trabajas muchas horas en una silla, intenta levantarte y moverte al menos una vez cada hora. También puedes usar un cojín con forma de aro para aliviar la presión en la zona.
  • Haz ejercicio moderado de forma regular. Caminar, nadar o hacer yoga ayuda a mantener una buena circulación y a mejorar la digestión. Evita ejercicios que impliquen levantar mucho peso si ya tienes hemorroides activas.
  • Cuida la higiene de la zona anal. Usa agua tibia y jabones suaves. Las toallitas específicas para hemorroidespueden ser una buena opción si estás fuera de casa.
  • Usa ropa interior de algodón, transpirable y sin costuras ajustadas. Evita los tejidos sintéticos que pueden irritar.
  • Y si estás embarazada o en posparto, habla con tu médico sobre cremas para hemorroides durante el embarazo, que sean seguras para ti y tu bebé.

Pequeños cambios, grandes resultados. La prevención es mucho más fácil (y menos dolorosa) que el tratamiento cuando las hemorroides ya están avanzadas.

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