Las hemorroides son venas hinchadas en el ano o el recto que pueden causar dolor, picor o sangrado al ir al baño.
Las hemorroides (o almorranas) son más comunes de lo que imaginas, pero muchas personas evitan hablar de ellas por vergüenza. Sin embargo, si sabes qué son las hemorroides, por qué aparecen y cómo tratarlas, puedes mejorar tu calidad de vida rápidamente.
Puede que te suene la palabra, o incluso que la hayas sufrido en silencio, pero… ¿realmente sabes qué son las hemorroides?
Las hemorroides son venas inflamadas que se encuentran en la parte baja del recto o alrededor del ano. Todos tenemos esas venas ahí, forman parte de la anatomía normal. El problema aparece cuando, por distintos motivos, se hinchan, se irritan o se salen de su sitio. Y ahí es cuando empiezan las molestias.
Existen dos tipos principales:
Si alguna vez has sentido un bultito en la zona anal, picor intenso o dolor al sentarte o al ir al baño, es muy probable que estés lidiando con una. En algunos casos, se puede formar un coágulo de sangre dentro de una hemorroide externa, lo que se conoce como hemorroide trombosada. Son especialmente dolorosas, pero tienen tratamiento.
Y sí, puedes encontrar fotos de hemorroides externas en internet si tienes curiosidad (o quieres comparar), pero ojo… algunas imágenes pueden ser bastante explícitas.
La buena noticia es que, aunque molestas, las hemorroides se pueden tratar y aliviar. Lo importante es no ignorarlas, hablarlo con confianza y buscar la mejor solución según tu caso.
Los síntomas de las hemorroides pueden variar bastante según el tipo que tengas (internas o externas) y lo avanzadas que estén. Algunas personas apenas notan molestias, mientras que otras pueden experimentar un dolor realmente intenso.
Aquí te dejo los signos más comunes para que puedas identificarlas fácilmente:
En el caso de las hemorroides internas, muchas veces no duelen, pero sí pueden sangrar. Y si se inflaman mucho o se “asoman” al exterior, pueden causar también bastante molestia.
Por otro lado, las hemorroides externas trombosadas son de las más dolorosas. Se forma un coágulo dentro de la vena, y de repente sientes un bulto duro, muy sensible al tacto, que puede dificultarte incluso caminar o sentarte.
Si te preguntas cómo saber si el sangrado es por hemorroides, fíjate en el color (suele ser rojo vivo) y si está separado de las heces. Aun así, siempre es buena idea consultarlo con un médico, sobre todo si el sangrado es frecuente o abundante.
Las hemorroides no aparecen “porque sí”. De hecho, suelen ser el resultado de varios factores que, poco a poco, van debilitando las venas del recto o del ano y haciendo que se inflamen.
Una de las causas más comunes es el estreñimiento crónico. Cuando pasas mucho tiempo haciendo esfuerzo al ir al baño, estás presionando las venas de esa zona, y eso puede acabar formando una hemorroide. Por eso es tan importante tener una dieta rica en fibra y beber suficiente agua.
También pueden aparecer por:
Y sí, incluso el simple hecho de aguantar las ganas de ir al baño con frecuencia puede influir. Cuanto más tiempo están las heces en el intestino, más duras se vuelven… y más esfuerzo tienes que hacer para expulsarlas.
La buena noticia es que, al conocer estas causas, también puedes prevenirlas. Unos pequeños cambios en tus hábitos pueden marcar una gran diferencia si ya has tenido hemorroides o quieres evitar que vuelvan.
Lo primero que debes saber es que sí, las hemorroides tienen tratamiento, y en la mayoría de los casos no hace falta operarse. El tipo de tratamiento que necesites dependerá de si son internas o externas, del grado de inflamación y, por supuesto, de cuánto te estén afectando en tu día a día.
Si estás en una fase leve o moderada, puedes empezar con cuidados en casa que ayudan muchísimo:
Y si te estás preguntando cuál es la mejor crema para hemorroides, depende de tus síntomas. Algunas combinan efecto antiinflamatorio, anestésico y cicatrizante. Lo ideal es consultarlo en farmacia o con tu médico.
Si después de unos días no mejoras, o si el dolor y el sangrado son frecuentes, toca dar un paso más:
Aunque las hemorroides pueden aparecer por muchos motivos, lo cierto es que con algunos cambios sencillos en tu rutina diaria puedes reducir el riesgo de que salgan o aliviar los síntomas si ya las tienes.
Aquí van algunos consejos prácticos y fáciles de aplicar:
Pequeños cambios, grandes resultados. La prevención es mucho más fácil (y menos dolorosa) que el tratamiento cuando las hemorroides ya están avanzadas.