El cáncer de colon es un tumor en el intestino grueso. Puede causar cambios al ir al baño, sangrado o dolor abdominal.
El cáncer de colon es uno de los tipos de cáncer más frecuentes en el mundo, tanto en hombres como en mujeres. Pero también es uno de los más prevenibles y tratables si se detecta a tiempo. En este artículo vamos a explicarte qué es el cáncer de colon, cuáles son sus síntomas, qué pruebas ayudan a detectarlo y qué opciones de tratamiento existen hoy en día.
Cuando hablamos de cáncer de colon, nos referimos a un tumor maligno que aparece en el intestino grueso, más específicamente en el colon o en el recto, que es la parte final del aparato digestivo. Por eso también se le llama muchas veces cáncer colorrectal.
Pero ¿cómo empieza todo esto? Normalmente, el cáncer de colon no surge de la nada. Suele comenzar con la aparición de unos pequeños crecimientos en la mucosa del colon llamados pólipos. La mayoría de los pólipos son benignos, pero con el tiempo, algunos pueden volverse cancerosos si no se detectan y eliminan a tiempo.
Lo más curioso —y preocupante— es que al principio, este tipo de cáncer no suele dar síntomas evidentes. Por eso se le conoce como un “enemigo silencioso”. Y por eso también es tan importante hacer chequeos periódicos, sobre todo a partir de los 50 años, aunque no sientas nada raro.
La buena noticia es que, detectado a tiempo, el cáncer de colon es uno de los más tratables y con mejor pronóstico. Por eso vale la pena conocerlo, estar atentos a cualquier señal de alarma y, sobre todo, no tenerle miedo a las pruebas de detección. Una colonoscopia a tiempo puede marcar toda la diferencia.
Uno de los mayores desafíos del cáncer de colon es que al principio puede no dar síntomas, o estos pueden confundirse fácilmente con otros problemas digestivos comunes, como el síndrome del intestino irritable, las hemorroides o simplemente una mala digestión. Pero hay señales a las que conviene estar atentos.
Estos son algunos de los síntomas más frecuentes:
Hay quienes también se preguntan si el cáncer de colon duele. En etapas avanzadas, sí puede causar dolor abdominal o incluso dolor de espalda, si el tumor está afectando otras estructuras. Pero en fases iniciales, muchas veces no se siente nada.
Además, los síntomas pueden variar entre hombres y mujeres. En general, el patrón es similar, pero en las mujeres a veces se confunde con molestias ginecológicas o cambios hormonales.
La clave está en no ignorar los cambios. Si notas algo diferente en tu digestión, tus heces o tu energía diaria, consulta con tu médico. Un simple test puede ayudarte a salir de dudas y, si fuera necesario, actuar a tiempo.
Como ocurre con muchos tipos de cáncer, el cáncer de colon no suele tener una única causa clara. Es más bien el resultado de una combinación de factores: algunos que no se pueden evitar, como la genética, y otros que sí dependen de nuestros hábitos diarios.
Y aunque no es una causa directa, el estrés crónico también puede influir en cómo funciona nuestro sistema digestivo, afectando incluso al sistema inmunológico.
La buena noticia es que muchos de estos factores se pueden controlar. Cambiar ciertos hábitos puede marcar una gran diferencia tanto en la prevención como en la evolución de la enfermedad.
Detectar el cáncer de colon a tiempo puede marcar la diferencia entre un tratamiento sencillo y uno más complejo. Lo bueno es que hoy en día existen pruebas muy eficaces que permiten descubrirlo incluso antes de que dé síntomas.
Lo ideal es comenzar con las pruebas de cribado a partir de los 50 años, o incluso antes si tienes antecedentes familiares de cáncer de colon o enfermedades intestinales.
Y recuerda: no necesitas tener síntomas para hacerte estas pruebas. De hecho, cuando no hay síntomas es el mejor momento para actuar. Cuanto antes se detecte, más fácil es tratarlo y curarlo.
Recibir un diagnóstico de cáncer de colon puede ser abrumador, pero es importante saber que hay muchas opciones de tratamiento, y que los avances médicos han mejorado mucho las tasas de curación y supervivencia, especialmente si se detecta a tiempo.
El tratamiento dependerá de varios factores, como el tamaño y localización del tumor, si se ha extendido a otros órganos (metástasis), y tu estado general de salud. Aquí te explico los principales enfoques:
La cirugía del cáncer de colon suele ser el primer paso si el tumor está localizado. Consiste en extirpar la parte afectada del colon junto con los ganglios linfáticos cercanos. En algunos casos, puede ser necesario hacer una colostomía temporal o permanente, aunque no siempre es así.
Si el cáncer está en el recto, la cirugía puede combinarse con otros tratamientos antes o después, dependiendo del estadio.
La quimioterapia puede administrarse:
Suele administrarse por ciclos, y aunque tiene efectos secundarios, estos se manejan cada vez mejor.
Se utiliza sobre todo en casos de cáncer de recto, ya que ayuda a reducir el tumor antes de la cirugía o a evitar recidivas después. También puede usarse como tratamiento paliativo en casos avanzados.
En casos con metástasis o con ciertos perfiles genéticos, existen tratamientos más específicos, como anticuerpos monoclonales o inmunoterapia, que ayudan al sistema inmunológico a combatir las células cancerígenas.
Después de completar el tratamiento, comienza una etapa igual de importante: el seguimiento. Se realizan controles regulares, análisis de sangre (como el marcador CEA), colonoscopias y pruebas de imagen para asegurarse de que el cáncer no ha vuelto.
¿Lo más importante? No estás solo. El cáncer de colon sí se puede curar, especialmente cuando se detecta en fases iniciales. Por eso es tan importante acudir al médico ante cualquier síntoma, hacerse las pruebas de cribado a tiempo y, si ya estás en tratamiento, confiar en tu equipo médico y mantener una actitud activa en el proceso.